Tengo miedo y estoy cansada de tener miedo. No es un miedo escandaloso. Es cotidiano, callado. Lo tengo desde que tengo memoria.
Me gustaría vivir sin él. Me gustaría saber cómo se siente despertarse sin esa presión en el pecho. Confiar en mí, confiar en los otros, confiar en la vida.
No quiero ser valiente. A veces pienso que el miedo se me ha vuelto un hábito y no sé cómo dejarlo. Quiero dejar de defenderme de todo, quiero bajar los brazos, quiero descansar.
Eso. Descansar.