Cuando me despierto por la mañana, nunca sé a quién veré en el espejo. Todos los días mis rasgos son diferentes. Algunos días me gusta cómo me veo, la mayoría de los días no. No puedo decirte con exactitud cómo me veo en este momento porque aún no he decidido si tengo obesidad o si de hecho, estoy en mi peso ideal; pero sé que tengo el cabello café y es ondulado, mis ojos también son cafeces y tienen rayitos amarillos que me gusta pensar: el Sol me los regaló; llevo anteojos y en cuanto a cualquier otra cosa, no tengo idea. Creo que nunca he sabido realmente cómo me veo. Algunos días siento que soy literalmente un monstruo; otros, un señor horrendo que no duerme bien y algunos días muy especiales, una persona bonita. Si me atrevo a ver fotos mías, tardo más de un minuto en darme cuenta que soy yo. De cualquier forma, los pocos retratos existentes de mi cara no duran mucho cuando comienzo a sentir que es otra persona a quien estoy mirando y suelo preguntarle, casi siempre con miedo: ¿Quién eres tú?
No comments:
Post a Comment